LA CONSTRUCCIÓN ANTE LA CAÍDA DE LOS PRECIOS DEL PETROLEO


la construcción  ante la caída del precio del petroleo

En países de economías emergentes, generalmente, con vastas reservas de petroleo, sus opciones de inversión se han visto inciertas desde el inicio de 2017 debido a fluctuaciones constantes en el precio del combustible. Economías ancladas a dividendos producidos de la renta petrolera, donde es el punto fuerte en el producto interno bruto, ven caer su margen de participación en la construcción de mejoras tan necesarias para su desarrollo. Se prevé que la situación puede transformarse favorablemente hacia el 2018, siempre y cuando el precio del petróleo mantenga un mínimo de estabilidad y arroje números positivos. Un país con rentas petroleras genera gran cantidad de obras de construcción tanto en sectores sociales como dentro de la infraestructura misma de compañías petroleras.

La construcción es un punto clave dentro del desarrollo de la economía a nivel global. La construcción genera miles de empleos desde donde el gobierno muestra cifras de empleabilidad de sus ciudadanos. Es un motor dinamizador de las sociedades en el cual las personas encuentran su sustento diario, bien sea porque laboran directamente en la obra o hacen alguna actividad la cual de forma indirecta trae beneficios y ganancias alrededor de la obra, debido a la venta de productos o servicios prestados a la misma. La construcción promueve el desarrollo de otras industrias proveedoras de materiales, igualmente lo hace con la tecnología. La construcción es el motor de crecimiento y desarrollo para países y sociedades en general.

Los países en vía de desarrollo, con mayor razón, necesitan de nuevos proyectos de infraestructura, si quieren llegar a ser competitivos. Vemos economías como la de Colombia, Ecuador, Perú, entre otras de los principales países latinoamericanos participando en proyectos de construcción de infraestructura vial haciendo más accesible a todos los rincones del país y poder sacar sus productos. Así mismo dentro del entorno mismo de las ciudades se generan obras públicas de construcción de parques, escuelas, colegios, hospitales, todo esto con una participación importante de las rentas devengadas del petróleo, pero estas cifras han venido mostrando un decrecimiento, bastante notorio, sumado a los últimos años donde su valor ha caído muy por debajo de los cien dólares barril, hoy el precio es de 47 dólares, generando con esto, quiéranlo o no admitir, reducción en la inversión de obras de inversión social e infraestructura, fomentando valores cada vez más elevados en el número de personas desocupadas en el país.
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La crisis en precios del petróleo se presenta por una súper oferta del producto frente a una demanda estable y que más pareciera, decrecer. El petróleo en la actualidad se enfrenta a varios dilemas, por un lado es un recurso natural y como tal tiene la posibilidad de agotarse, otro factor tiene su influencia en el sector ambientalista quienes se oponen a su uso debido a la problemática del calentamiento global. Bajo estas razones, con amplio peso en toda consideración, se busca formas de sustitución por otras fuentes alternativas de combustible o de generación de energía más amigables con el medio ambiente. Desde este punto de vista la economía de los países no puede continuar postulándose bajo el imperativo de basar sus ingresos en rentas petroleras para la construcción de modelos económicos de integración social y competitividad, al contrario, deben buscar, desde ya, alternativas viables y sostenibles proyectando las nuevas economías hacia la riqueza de su ingenio y de sus productos y no, en el supuesto de una riqueza inagotable del suelo.

La construcción siempre ha estado dentro de los primeros sectores económicos del país, teniendo en cuenta que ante la caída de los precios del petróleo, el producto interno bruto también ha decrecido y la capacidad de inversión del estado se ve reducida, no por esto se debe dar pie a un resquebrajamiento de los diferentes sectores económicos, incluyendo la construcción. Por medio de la inversión privada, atrayendo la inversión extranjera se debe buscar la consolidación de una economía estable, lejos de los altibajos naturales de los recursos petroleros, proporcionando al ciudadano de a pie oportunidades de trabajo y crecimiento.


Las economías emergentes, no pueden continuar empobreciendo su riqueza natural, su flora, su fauna, acabar con ríos, cuencas y todo ecosistema, debe apropiarse de este valor e incentivar el fortalecimiento de otros sectores de la economía como el eco turismo, la industria manufacturera interna, rutas y vías de acceso, la agricultura, tan descuidada generalmente en estos países, generar valor a sus productos, invertir en tecnología y educación. Superar el papel de ser simplemente generadoras de materia prima. La construcción de escuelas, colegios, universidades, vías, etc. es invertir en el crecimiento de la sociedad general. La construcción es de los primeros sectores que dinamizan la economía de un país, apuntar a su fortalecimiento, es apostarle al desarrollo mismo, sin restar méritos al rol jugado por otros sectores económicos.

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